Chief Artist Oficer

Rocío González
6 min readMar 22, 2024

Me acuerdo los primeros cursos que hice sobre management, liderazgo, programas de mentoreo en los que contaban y dictaban temas que para mi eran lecciones aprendidas a los ponchazos. Teóricas que tenía muy aprobadas ya de prácticas previas. De darme la cabeza contra la pared y entender como los números no cerraban cuando no contabilizabas algunos esfuerzos invisibles, cómo costaba darle seguimiento al principio a los procesos pero después se trasladaba a eficiencias y mejoras continuas haber repetido hasta el hartazgo algunas frases al equipo o como siempre era mejor ir por una sonrisa y volver a explicar que tomar el tema yo en el difícil camino de delegar.

Y esto de aprender y mejorar y cambiar y seguir aprendiendo me resultaba una practica habitual, pero tambien descubro que dar espacio para la creatividad en medio de estos procesos también me es una practica habitual. Cuidar los espacios vacíos, los espacios de risa, los momentos de distensión como si fueran tan preciados como los de concentración.

Hay libros que nos recomiendan, libros que nos encontramos – el hermoso “stumble up on” – y hay libros que nos encuentran. Este – The Artist’s Way – llegó en el momento que tenia que encontrarme. Y me encontró. Muchas de las cosas que me cuenta son cosas que vengo reactivando y reconozco.

During [these] periods of relaxation after concentrated intellectual activity, the intuitive mind seems to take over and can produce the sudden clarifying insights which give so much joy and delight. – FRITJOF CAPRA PHYSICIST

Hay espacios que defendí a capa y espada cuando la rutina me pasaba por encima, que marque en el calendario como si fueran las reuniones mas importantes. Y leyendo el libro, veo que los toman como practica cotidiana para nuestro desarrollo. Esos cafes a solas, esos breaks en la rutina del hacer para reírnos, para compartir, para vernos mas alla de la rutina y la reunion en curso tienen mas sentido que un recreo. Son lo que nos hace luego llenar ese tanque de creatividad, dar espacio apra que caigan (y no decaigan!) las ideas.

En esos espacios el/la artista surge y nos volvemos mejores diseñadores.

Nutriendo el proceso no constructivo

Yo podría decir que me identifico como una artista bipolar: me considero una acérrima diseñadora. A veces insoportable, al punto de dejar pasar y callar, para no obsesionarme con algunos temas que me irritan del diseño. A esta altura de la vida, y mis años de arquitecta no practicante, puedo decir que lo que me dio la arquitectura es profundizar en la mirada proyéctual y de diseño, pero no específicamente en el ámbito espacial, sino tomando cualquier terreno como uno para construir. Por eso digo que en vez de edificios me dedico a la construcción de proyectos de triple impacto. Son proyectos, el “triple impacto” es un tema vigente hoy, pero a la larga todos proyectos que valen la pena serán de estas características. Así como el diseño, hoy es diseño, y no hay que agregarle la palabra “sustentable”. Si no es sustentable, no es diseño, o al menos no es bueno. Y punto.

Y en el diseño están los procesos, las reglas que van haciendo que la maquina que construimos, el sistema, vaya mejorando con el uso. Pero en el arte no están estas reglas. Y el arte, que no es diseño ni tampoco es proceso, es mas parecido a la magia, nutriéndose de lo incierto.

Entonces ¿de qué hablamos cuando hablamos de proceso creativo? ¿Puede haber un proceso para ser más creativos? En este libro se habla de la disciplina para aflorar al artista, ñiño, interior. Sacarlo del cajóncito de los procesos.

Espacios de juego

At the height of our laughter, the Universe is flung into a kaleidoscope of new possibilities. —Jean Houston

Como artista bipolar, siempre tengo a esa niña artista en un cajón, pero cerquita. La saco a pasear de vez en cuando a solas, gran sugerencia del libro, las citas de artista. En un cafe en el que me encuentro con ella y charlamos, leemos, escribimos. Pero también la traigo a veces a mi trabajo. Cuando armamos concursos de quien pone el mejor apodo en Daravi, cuando la pregunta de la reunion semanal de Unplastify es sobre alguna teoría conspirativa o sobre el tipo de pasta que sos (no la que más te gusta, cuál te representa), cuando dejo mi rutina para investigar sobre como se diseñan tableros de juegos para planificar un programa educativo, cuando traigo un role playing de personajes de los futuros para diseñar un futuro desplastificado. Ahí se juntan la diseñadora y la artista. Y las ideas las trae (casi siempre) la menor (en edad no en experiencia), pero las bajan juntas y después la diseñadora ejecuta y ahi entra el rulo de la COO (titulo que estoy estrenando y creo que me cae bien). Me gustaría dedicarme solo al arte (me gusta el arte), pero por el momento encuentro inspiración y creatividad en el medio de estas dos partes. Justamente en su intersección es donde encuentro mi chispa. Escuchar de cerca a la niña artista fue lo que me hizo ir por más, no quedarme con lo que estaba ahi cerca, pensar en grande, como chicxs.

Prácticas que aprendí y reencuentro en este libro y en la vida:

  1. Cafes conmigo – las citas de artista, darnos un espacio solos, no para deepwork, para conocernos, sin agenda mas que leer, escribir, pensar algo desde la inspiración y no desde el deber.
  2. Morning pages – esto lo escuche en un podcast y de ahi el encuentro con este libro. Vengo escribiendo mucho, pero el acompañar todos los días con algunas paginas a la mañana trae una sensación de continuidad en la escritura que nos va destrabando. Volcar pensamientos, especialmente si venimos con muchos, por la mañana de alguna manera nos ordena ideas para el comienzo del día.
  3. Producir sin pensar que otros lo vean – recuerdo a Nati, influencer (@ecointensa) que trabajaba con nosotros, y decía que con las redes tenia una relación de dealer: tiraba el contenido y se iba. Algo similar con lo que producimos. No prejuzgarlo. Si es arte, hacerlo, largarlo – evita decir soltarlo porque le harta la palabra – dejarlo ser y ver que nos trae. Cómo nos sentimos.

Y en esta última, diferente de lo que sería un proceso de mejora, en el que tenemos que escuchar opiniones, aprender del usuario, empatía, bola bla bla ñañaña, los de afuera son de palo. In the words of a master:

My growth has been slow, like a crescendo of growth, based on my dissatisfaction with the previous project, where I thought was weak, not what the critics thought. The critics dismissed a lot of what I thought was my growth and praised a lot of what I thought common about my work. I disagreed with most of them. So I had to rely a lot on my own opinions, not to say that I wasn’t constantly asking them for advice and mulling it around, not dismissing it. – Joni Mitchell

4. Jugar más. Hablaría infinita mente del infinite game pero creo que ya hay mucho sobre la temática, pero jugar. Siempre jugar.

Todos estos son ejercicios que podemos incluir en nuestra rutina, en la medida que nos vayamos sintiendo cómodos, y ver como este proceso (medido o no tanto) trae nuevos aires, da espacio a la creatividad. Pero si hay algo que aprendí de la creatividad últimamente es que no es muy amiga de la velocidad, asi que de yapa, creo que el ultimo consejo sería dar espacio a ir despacio.

Y mi frase favorita:

« Lorsqu’on ne représente pas les choses, il reste de la place pour le divin » – Piet Mondrian.

El libro en cuestión es: The Artist’s Way – de Julia Cameron. Tiene mil años y me lo recomendaron muchas veces, o al menos eso recuerdo, pero me terminó de llegar después de escuchar este podcast.

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Rocío González

Arquitecta de empresas de #tripleimpacto: PAPA, Daravi y Unplastify. Escribo sobre mis 15 años de experiencia para animar quienes emprendan con propósito.